INCELS — (Involuntary Celibates)

Los incels, o “célibes involuntarios”, son personas que se definen a sí mismas por su incapacidad para establecer relaciones sexuales o románticas. Este grupo está compuesto predominantemente por hombres heterosexuales, cuyas comunidades e interacciones tienen lugar principalmente en foros de internet, como Reddit o 4chan.

El origen del término “incel”

El término fue acuñado en 1997 por Alana, una mujer canadiense que creó un blog para compartir sus experiencias sobre el celibato. Lo que comenzó como un espacio inclusivo y educativo, pronto se tornó tóxico y fue cerrado. Con el tiempo, la ideología incel se transformó profundamente: hoy se asocia con discursos antifeministas, racistas y de odio hacia las mujeres.

Incels y la “manosfera”

La comunidad incel se ha alineado con la llamada manosfera, un conjunto de espacios digitales donde se discuten las experiencias de hombres que se sienten perjudicados por los cambios sociales y el feminismo. Allí circulan conceptos como:

  • Blackpill: la creencia de que algunos hombres nunca encontrarán pareja.

  • Redpill: la “verdad” sobre el feminismo como opresor de los hombres.

  • Chad: el hombre atractivo y dominante.

  • Femoide/Foid: un término deshumanizador para referirse a las mujeres.

  • Ginocentrismo: la idea de que la sociedad favorece a las mujeres.

Incels y redes sociales

Plataformas como Instagram o Tinder son vistas como pruebas de una “distribución injusta del acceso sexual”. Los incels argumentan que solo los hombres más atractivos —los “Chads”— tienen éxito, mientras que los demás quedan excluidos. Su discurso mezcla autovictimización y resentimiento, reforzando narrativas de odio y deshumanización.

Hipergamia, Chads y Betas

Dentro de su lógica, los incels sostienen que las mujeres buscan siempre a hombres de mayor estatus (la llamada hipergamia), y que las redes sociales amplifican esta tendencia. Los Chads son vistos como ganadores absolutos del “mercado sexual”, mientras que los betamales o numales serían hombres inferiores, constantemente amenazados por el abandono o la infidelidad.

Más allá de la victimización

Lo alarmante de este movimiento no es solo su misoginia, sino la forma en que justifica la violencia. Los incels transforman su frustración personal en ideología, distorsionando problemas reales como la soledad o el rechazo. Aunque sus quejas parten de vivencias humanas, su lectura del mundo está cargada de prejuicios y hostilidad.

Conclusión

El fenómeno incel pone en evidencia cómo las comunidades online pueden convertir la frustración en odio colectivo. Urge seguir investigando estos espacios y promover una educación afectiva más sana, empática y responsable.


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